Alrededor de ocho de cada 10 argentinos están considerados de clase media. Sin embargo, este gran porcentaje incluye a un amplio espectro de personas de diversas situaciones sociales. Abarca desde individuos con alto poder adquisitivo, sin llegar a ser “ricos”, a otros casi pobres (con el aspiracional de sentirse de clase media).
En rigor, los estudios marcan un 76 por ciento en estos tres segmentos, que son bastante diferenciados.
Según el informe de la Consultora Delfos, elaborado por Luis Dall’Aglio y Norman Berra, sólo 30 por ciento de la población en el país pertenece a la clase media típica (C3).
Por encima, en términos de variables económicas y poder de consumo, se ubica un 15 por ciento de nivel medio alto (C2), pero “que tiene comportamientos similares a la media en términos sociales, educativos y culturales”. Estos dos segmentos, que forman el 45 por ciento, son los que podrían considerarse de clase media.
Más abajo, en tanto, se ubica la media baja (D1), un 31 por ciento de los argentinos que, aunque tienen un bajo poder adquisitivo, se identifican con la clase media como una aspiración.
En el tope de la pirámide, el cinco por ciento de la población se encuentra en el segmento más “rico”, ABC1 (dos puntos menos que en 2013). En el otro extremo, un 19 por ciento está en la clase baja o marginal (16 por ciento de 2013).
La estratificación, que sigue la metodología de la Asociación Argentina de Marketing, releva variables como educación, empleo, categorización laboral, cobertura de salud y los aportantes del hogar.