ECONOMÍA
José Gangi
Edición y Análisis de informes
Después de varios años de estancamiento y recesión, por fin la economía parece ver la luz al final del túnel. El PBI creció 10,3% en 2021, el nivel de empleo presentó los valores más altos de los últimos 10 años, el desempleo cayó al 7%, la cifra más baja desde 2016, y el coeficiente de Gini, que mide la desigualdad en la sociedad, bajó a 0,413, el mejor valor desde 2017[1].
Sin embargo, estas mejoras experimentadas no parecen haber repercutido en el bolsillo y las expectativas de los cordobeses de a pie.
De acuerdo con nuestro último relevamiento a nivel provincial, desarrollado del 18 al 24 de abril, el 75% de los cordobeses afirma que Argentina está peor que el año pasado, un 13% igual y sólo un 6% dice que el país está mejor.
Cuando les consultamos a los encuestados el porqué de su opinión, la principal respuesta esbozada por aquellos que afirman que el país está peor y por aquellos que dicen que está igual es que “hay mucha inflación” (84% y 87%, respectivamente). Por otro lado, un 6% que posee una mirada positiva de la realidad sustenta su apreciación principalmente, en la reactivación económica (67%).
Si observamos en términos evolutivos la situación económica que afirman poseer los cordobeses en su presente, podemos apreciar mejoras interanuales. Si comparamos las cifras actuales con las de octubre de 2021, se observa una reducción de 12 pp del peso de los cordobeses que afirmaban poseer ingresos insuficientes para vivir y un crecimiento significativo de los que dicen que les alcanza con lo justo.
Entonces, ¿por qué los cordobeses afirman que están peor que el año pasado si la situación parece haberse transformado positivamente? Quizás la respuesta esté asociada a una variable destacada por los vecinos de la provincia que resulta trascendental para la configuración de las expectativas y el desarrollo de la economía: la inflación.
Con altos niveles de inflación, ni siquiera los asalariados consiguen costear una canasta básica. Es decir, aunque encuentren trabajo, la merma constante e incluso creciente del poder adquisitivo conspira contra la posibilidad de alcanzar una vida digna dentro de los hogares cordobeses.
Si además tenemos en cuenta las expectativas negativas en torno a la situación inflacionaria del presente año, la desesperanza no hace más que consolidarse entre los cordobeses, para los cuales ni poseer trabajo resulta una garantía suficiente para costear una vida digna.
Por otro lado, esta realidad inflacionaria reaviva fantasmas del pasado que alertan a los prevenidos sobre las consecuencias que podría desatar incluso en aquellos indicadores que mejoran y las crecientes dificultades que presenta su resolución a medida que crece exponencialmente.
En síntesis, la inflación se revela en la memoria de los cordobeses como una topadora que arrasa con todo: salarios, confianza y, a la corta o a la larga, con cualquier variable económica.
[1] Todos los datos se obtuvieron de informes publicados en la página web de Indec -https://www.indec.gob.ar/- y hacen referencia a las condiciones socioeconómicas del último cuatrimestre de 2021.