Por: Norman Berra
En una serie de posteos dedicados al debate de la despenalización del aborto en marzo pasado planteábamos las siguientes claves interpretativas en torno al tema: 1) Cambiemos no puede beneficiarse de una estrategia del tipo “divide et impera” respecto a la oposición. La media sanción en Diputados del día de hoy confirmó lo que aseveramos en su momento (si bien resta ver qué pasará en el Senado). Veamos el repaso de la votación que hizo hoy el periodista Mariano D`Arrigo: “El FPV fue el bloque que más votos aportó para la legalización, con una diferencia sólida a favor de acompañar el proyecto: 54 contra 10. En otros planetas de la galaxia peronista la ecuación se invierte. En el bloque justicialista se contaron 9 a favor de la legalización y 16 en contra. En el Frente Renovador, 8 por la afirmativa y 10 por la negativa. La coalición oficialista exhibió a cielo abierto sus diferencias. En el PRO se visibilizaron sus dos almas: la cosmopolita y liberal, y la católica y conservadora. El rechazo se impuso 39 a 17. En la Coalición Cívica la oposición fue aún más contundente: 9 legisladores votaron en contra y sólo 1 a favor. El bloque oficialista que salió mejor parado fue el de la vieja UCR, que aportó 24 votos para la aprobación, mientras que 16 se manifestaron en contra” (ver datos arriba; click para agrandar). Así, en resultados netos, el mayor apoyo a la despenalización del aborto lo aportó el FPV (ver datos abajo; click para agrandar).

Esa síntesis ratifica lo que señalamos oportunamente: Cambiemos mostró en torno al proyecto una división mucho mayor que la de las fuerzas opositoras. 2) el segundo punto clave que apuntamos en su momento tiene que ver con el procesamiento del tema en la opinión pública, es decir, los electores (más allá del voto de los diputados nacionales de cada fuerza). En esa serie de entradas de marzo recordábamos que el célebre consultor Dick Morris le aconsejaba al ex presidente norteamericano Bill Clinton que se expresara públicamente en todos aquellos temas en los cuales hubiera un alto porcentaje de opinión pública a favor. Los denominaba “the sixties”, es decir, los issues que obtuvieran un 60% de apoyo en la sociedad. No habiendo un “sixtie”, la posibilidad de capitalización se ve muy limitada. A las encuestas que citamos en marzo y que mostraban la inexistencia de tal “sixtie” podemos agregarle dos mediciones bien recientes. La primera es un sondeo de las consultoras Taquion y Trespuntozero de alcance nacional, con una muestra de 2.000 casos efectivos recolectados entre el 6 y 11 de junio mediante una encuesta telefónica automatizada (IVR). Según el estudio, un 44,1% de los electores argentinos está de acuerdo con la iniciativa, mientras que un 44,9% se opone y un 11% tiene una posición definida. Aquí vemos un empate técnico entre posiciones, una situación bien distinta a la de un “sixtie” que el oficialismo pudiera capitalizar (ver datos abajo; click para agrandar).

El panorama cambia sensiblemente en datos de otra encuesta sobre el tema. En este caso, el estudio nacional también fue realizado por IVR, sobre una muestra de 1.400 casos entre mayores de 18 años, recolectados entre el 9 y el 10 de junio por la consultora Opina Argentina. Según el estudio, el proyecto que despenaliza el aborto tiene un 54% de respaldo, mientras que un 39% está en contra; un 7% de personas no sabe o no tiene opinión formada (ver datos abajo; click para agrandar). De acuerdo a esta medición, en los últimos cuatro meses creció la aceptación a la propuesta y se redujo el rechazo, lo que puede apreciarse en la serie evolutiva: en la primera encuesta sobre el tema (que citamos oportunamente en este blog), realizada en febrero pasado, se registró un 44% de entrevistados a favor, guarismo que llegó al 45% en la encuesta realizada en abril (una variación estadísticamente no significativa), mientras que en junio trepó al 54%. En cambio, la oposición a la iniciativa se mantuvo en el 41% en febrero y en abril y pasó al 39% en junio (variaciones estadísticamente no significativas). Los que no tenían opinión formada, en tanto, fueron del 15% en febrero al 14% en abril, para llegar al 7% este mes, lo que indica que el cambio a favor de la despenalización se dio en este grupo (ver datos al final del post; click para agrandar). En este caso el apoyo está menos lejos del “sixtie”, pero sigue quedándose corto de cara a una eventual capitalización.

Otro argumento que expusimos en marzo contrario a la posibilidad de que Cambiemos lo capitalizara era que en temas como el aborto los electores pro-oficialistas están tanto o más fragmentados que los electores favorables a la oposición, lo cual impide que Cambiemos pueda “fidelizar” su base electoral echando mano a ese «issue» y menos aún reforzarla con nuevos adherentes. Precisamente eso es lo que muestra el estudio de Opina: la mayor aprobación a la despenalización del aborto se da entre los electores del FPV (54% a favor y 40% en contra), seguidos por los de Mauricio Macri (52% a favor y 40% en contra) y los de Sergio Massa (51% a favor y 41% en contra). Si bien los matices son estadísticamente no significativos, se confirma que los electores de Cambiemos están más o igual de fragmentados que los de la principal fuerza opositora, el FPV. En síntesis, tanto los datos de la votación en Diputados como los de encuestas recientes sobre la despenalización del aborto muestran que existen bajas chances de que el oficialismo pueda capitalizarlo. Con todo, a favor del presidente Mauricio Macri podría quedar el juicio de la historia por haber habilitado el debate sobre el tema, más allá de que su propia fuerza en Diputados haya votado más en contra del proyecto que a favor.

Fuente: Clima de Opinión