La encuesta se realizó en ocho países latinoamericanos -Argentina, Brasil, Colombia, Bolivia, México, Perú, Chile y Puerto Rico, que suponen el 90 por ciento de la población y del PIB del continente- y demostró que, junto a la caída general de la reputación de España en el continente, también se dio cierta polarización en las percepciones.

Hoy España tiene peor imagen en la región que en el G-8 como China, Fracia y Rusia. A nivel regional, sólo en Brasil la imagen de España mejoró.

La reputación de España en Latinoamérica experimentó un retroceso durante 2011, hasta el punto de que tiene peor percepción en el conjunto de los países latinoamericanos que en los del G-8, según un estudio presentado hoy en Madrid.

La reputación de la «marca España» está entendida como el conjunto de una serie de variables, que abarcan tanto criterios «racionales» (como tecnología, marcas conocidas, la calidad institucional) como «emocionales» (desde estilo de vida a simpatía o amabilidad de la gente), explicó Fernando Prado, director para España y Latinoamérica de Reputation Institute, la empresa autora del estudio.

La encuesta se realizó en ocho países latinoamericanos -Argentina, Brasil, Colombia, Bolivia, México, Perú, Chile y Puerto Rico, que suponen el 90 por ciento de la población y del PIB del continente- y demostró que, junto a la caída general de la reputación de España en el continente, también se dio cierta polarización en las percepciones.

Así, mientras la reputación de España registró una importante mejora en Brasil y, en menor medida, en Chile, descendió notablemente en el caso de Argentina (aunque el estudio se hizo mucho antes de la expropiación por parte de las autoridades de ese país de las acciones de Repsol en la petrolera YPF).

Dos de los países del estudio, Puerto Rico y Colombia, se incorporaron en 2011 por primera vez al sondeo, por lo que no se puede establecer una evolución de la percepción que tienen de España, aclaró Prado.

Sin embargo, Puerto Rico es el país latinoamericano donde se tiene mejor imagen de España, mientras la peor la tienen, por este orden, Bolivia, Colombia, Chile, Argentina y Perú.

Prado destacó que la «reputación de España en Latinoamérica retrocedió especialmente si se compara con la percepción media de los países del G8».

Mientras la buena percepción de España creció en China, Francia o Rusia, cayó notablemente en Perú, Colombia, Chile y Argentina.

Pero el estudio deja al descubierto que, si bien en el caso del G-8 la buena reputación de España se basa más en los atributos «emocionales» o «blandos», como son el estilo de vida, la gente amable y simpática o el ocio, en el caso de Latinoamérica los valores más apreciados son mixtos.

Los dos atributos que más valoran los latinoamericanos de la reputación de España son el «entorno natural» y el «ocio y entretenimiento», pero también otros más racionales como el «sistema educativo», la «calidad de los productos y servicios» y el «reconocimiento de las marcas y empresas».

Sin embargo, frente a la percepción que tienen en Europa de los españoles como gente simpática y confiable, los atributos peor valorados en Latinoamérica son, precisamente, la simpatía y amabilidad, que los españoles sean educados y confiables y que España sea un país seguro.

«En Europa ganan esos atributos como parte del estereotipo sobre España de que es un país bueno para vivir, pero malo para trabajar o invertir», señala Prado.

En cambio, considera que «Latinoamérica nos da un perfil más duro, pero también más poderoso, porque son países con los que tenemos una relación más estrecha, nuestras empresas han invertido allí, ven más el potencial».

Y el deterioro de los atributos más emocionales -como respecto a la simpatía o amabilidad de los españoles- se vincula, según Prado, a «cierta ola de populismo en el continente, a la creciente importancia de las empresas españolas en sus respectivos PIB y por la persistencia de estereotipos como el del conquistador».

La idea de que España no es un país muy seguro lo atribuyen los autores del estudio a la persistencia de una «percepción falsa» relacionada con el terrorismo de ETA, y que comparan con la fama que sigue arrastrando Colombia, «a pesar de haber mejorado enormemente la seguridad».

Fuente: EFE