SOCIEDAD

José Gangi

José Gangi

Edición y Análisis de informes

Las tensiones entre las expectativas de vida y las condiciones reales en las que se desarrolla forman parte del trayecto vital de los seres humanos y se relacionan con múltiples factores como nuestro horizonte de conocimiento, necesidades materiales y autoestima, entre otros. Sin embargo, en un contexto de crisis es más probable que esas tensiones se acrecienten.

Por ello, decidimos consultar a 1.800 cordobeses de toda la provincia para preguntarles ¿cuánto tiempo creen que les llevará lograr el nivel de vida que merecen o les corresponde? Gracias a nuestro gran archivo, pudimos comparar el dato actual con el de otro momento crítico de nuestro país: 2002.

El resultado general de la encuesta realizada en septiembre de este año arroja como primer dato que el 9% de los cordobeses cree poseer el nivel de vida que merecen o les corresponde. Esta situación contrasta claramente con la de un 16% de los vecinos de la provincia que cree que nunca alcanzarán el nivel de vida que merecen.

En lo que respecta a la ancha avenida del medio, las principales respuestas fueron “entre 3 y 5 años” y “entre 6 y 10 años”, con un 21% de las menciones en cada caso. Es decir, un 42% apuesta por el mediano plazo, un 15% por el largo plazo (entre 11 y 30 años) y un 5% por el corto plazo (entre 1 y 2 años).

Si comparamos estas cifras con las obtenidas en 2002, podemos observar cómo las expectativas relativas a alcanzar el nivel de vida que creen merecer en el corto plazo caen 4 puntos porcentuales, a la vez que crecen en igual proporción aquellos que dicen ya poseer el nivel de vida que merecen. Por otra parte, la desesperanza reflejada en el “nunca” cae (- 4 pp.) y la opción por el largo plazo insinúa un crecimiento en ambas categorías, “de 11 a 20 años” y “de 21 a 30 años”.

La apertura del dato contemporáneo por nivel socioeconómico muestra un pesimismo más marcado en el nivel socioeconómico bajo. En este último, el 18% de respuestas “nunca” supera el 16% del nivel medio y el 13% del alto.

En otro orden de ideas, las diferencias en los plazos no son tan marcadas entre los cordobeses de diversos niveles socioeconómicos, como sí lo es la noción de conformidad con su calidad de vida. Por otro lado, en el nivel alto un 14% cree poseer el nivel de vida que merece, en el medio sólo lo cree un 9% y en el bajo apenas un 4%.

Por último, al mirar el dato de acuerdo con la distribución geográfica de los entrevistados podemos apreciar un mayor porcentaje de capitalinos que creen en el mediano plazo como un horizonte de resolución de su situación actual factible (46% contra 39%) y un porcentaje mayor de cordobeses del interior de la provincia que creen poseer el nivel de vida que merecen (10% contra 6%).

En conclusión, el mediano plazo es el horizonte temporal que se impone en el imaginario cordobés para transformar su calidad de vida. A diferencia de lo que ocurría en 2002, la población cordobesa se encuentra más esperanzada y con una visión más racional, que deja de lado el corto plazo como una respuesta a su necesidad de mejorar su nivel de vida y apuesta con mayor fortaleza a períodos más largos.

Por otro lado, el dato por nivel socioeconómico marca a las claras que la esperanza y la conformidad son privilegios de clase, y los capitalinos apuestan más al mediano plazo por sobre los habitantes del interior que, por otra parte, en una proporción mayor se sienten más conformes con su nivel de vida.

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