La estadística lo disecciona casi todo sobre ellos: sus hábitos y esperanza de vida, su nivel adquisitivo, sus problemas de dependencia, sus preferencias de ocio o en qué grado han sido el soporte de sus familias en los años más duros de la crisis. Sin embargo, pocas veces se habla de ese otro capítulo que representa la vida sexual de las personas mayores, a pesar de que este aspecto incluye matices fundamentales a la hora de dibujar la radiografía de la tercera edad en España. Así lo recoge el último Observatorio Social de las Personas Mayores 2015, un estudio anual que impulsa Comisiones Obreras y que además de todas las variables anteriores también hace parada en cómo ven y cómo viven el sexo las personas de más de 65 años.
En este escenario, destaca el hecho de que más de la mitad de las mujeres por encima de esta edad (cerca del 55%) admite no haber mantenido relaciones sexuales en los últimos doce meses.Los datos, extraídos de los resultados de la Encuesta Nacional de Salud Sexual que publica el Ministerio de Sanidad y Política Social, rebaja este porcentaje de manera considerable en el caso de los varones, que sólo en el 25% de los casos declara que no ha tenido sexo en el último año.
Las razones de la ausencia de actividad sexual en el caso de las mujeres están directamente vinculadas a la viudedad (50,3%), ya que en ellas las relaciones sexuales se circunscriben al hecho de tener una pareja estable. No parece que ésa sea una razón de peso para los hombres, con una vida sexual más activa hasta el punto de que el 30% de los encuestados mantiene relaciones completas con otra persona. Este porcentaje no llega al 20% en el caso de las mujeres, que también están por debajo de los varones en las relaciones basadas en los besos y caricias (algo más del 20%), frente a ellos, que superan el 30%.
El Observatorio constata, además, que otras prácticas como la masturbación mutua o el sexo oral disminuyen a medida que avanza la edad, de manera que en los tramos de más de 65 años el porcentaje es casi residual en el caso de las mujeres y alcanza el 10% en varones. La frecuencia de las relaciones también es motivo de análisis, de forma que entre las personas mayores la frecuencia más habitual con la que mantienen diversas prácticas sexuales es una o dos veces por semana (un 24,3% de los casos).
En cuanto a las parejas, la encuesta recoge una baja representación de la homosexualidad: un 98,8% de los encuestados de más de 64 años vive su sexualidad en el marco de una relación heterosexual. Y también en el de la estabilidad afectiva, de modo que las personas en edad de jubilación que mantienen una vida sexual activa lo hacen en un 98,5% con su pareja estable. Entre estos últimos, la satisfacción de la vida sexual es buena (78,5% de los casos).
Desde una visión más amplia, y según la Encuesta sobre Actitudes y Prácticas Sexuales elaborada por el CIS que recoge el estudio de CCOO las personas mayores de 64 años se sienten, en general, satisfechas con su vida amorosa y sexual, aunque esta última en menor medida.
La imagen de sí mismos
Llama la atención, igualmente, la percepción que los encuestados tienen de sí mismos con respecto al atractivo sexual. En este sentido, las personas en edad de jubilación muestran una alta valoración personal (34,4%). El 21,1% considera que fueron atractivos de jóvenes y cerca del 22% admite, sin embargo, que la imagen que tienen de sí mismos es «regular». Y más de la mitad, además, preferirían no enterarse en caso de infidelidad de su pareja (57,8%), un dato que contrasta con los otros tramos de edad que recoge la encuesta, donde sí aprecia la preferencia por conocer esta circunstancia.
Por último, los miedos de hombres y mujeres en el plano de la intimidad también varían a medida que la edad avanza: en ellas, uno de los principales temores es el de la pérdida del deseo sexual, mientras que los hombres se muestran más preocupados por asuntos relacionados con la enfermedad.