POLÍTICA

Viviana Jara
Investigación cualitativa

José Gangi
Edición, Análisis y Comunicación Institucional
Las PASO legislativas desarrolladas el 12 de septiembre del corriente no sólo arrojaron resultados contundentes y, con ellos, una breve pero resonante crisis política en el oficialismo nacional, sino que también presentaron valores inusitadamente bajos de participación electoral.
La jornada electoral en la provincia de Córdoba no distó mucho de lo observado a nivel nacional. Con una participación del 63,15% del electorado habilitado, los comicios mostraron una contracción de los votos emitidos de 7,18 puntos porcentuales respecto de las PASO de medio término realizadas en el año 2017.
Resultado de esta situación, en nuestra encuesta realizada del 15 al 20 de septiembre a 1820 cordobeses, nos propusimos caracterizar socio-demográficamente al sector de la población que dijo ausente en las elecciones y preguntarles el porqué de dicha decisión.
En términos etarios, es entre los adultos jóvenes de 30 a 49 años (33%) y los jóvenes de 18 a 29 años (32%) donde se encuentran la mayoría de los cordobeses que no asistieron a las PASO.
Por otra parte, tal como podemos ver en el gráfico de arriba, el 68% de los mismos vive en el interior de Córdoba, principalmente en las grandes ciudades del interior provincial, y el 62% posee un nivel socioeconómico medio.
En lo que respecta a los motivos, las principales respuestas que obtuvimos en nuestra encuesta cuando les preguntamos a los cordobeses que no participaron de la jornada electoral el porqué de dicha decisión fueron “no quise” (23%), “por cuestiones de salud” (16%), “no podía” (15%) y “por trabajo” (10%).
Si a estos datos los desmenuzamos a través de los análisis cualitativos el resultado que obtenemos es que, entre aquellos que simplemente afirmaron no haber participado porque no quisieron, se esconden tres grupos con características diferentes.
En primer lugar, detrás del “no quise” se hace presente un grupo de ciudadanos que no cree o no está a favor de la realización de las PASO. Convencidos de que las elecciones primarias son un gasto innecesario, que no deciden nada o que particularmente estas no decidían nada trascendental, no se hicieron presentes en las mismas como un modo de expresar este desacuerdo.
Por otro lado, encontramos dos perfiles que se caracterizan por el enojo y el desencanto con la política, pero diferenciados por la centralidad que la misma posee en sus vidas. Aquellos para los cuales la política y el acto de ir a votar es relevante en sus vidas, la decisión de no participar de los comicios fue la forma que encontraron de expresar la desilusión con algunos políticos y la dificultad para encontrar una opción que cubra sus expectativas. Por el contrario, entre los que la política no es tan relevante en sus vidas, el enojo y el desencanto simplemente los llevó a alejarse de los medios de información, mantenerse al margen de las listas y candidatos disponibles, y a posponer indefinidamente la decisión de a quién votar hasta acabar no participando de los comicios. En estos grupos la sensación de hartazgo y la escasa expectativa que les generaba optar por una lista particular fue mucho más intensa que la motivación para acercarse a las urnas.
Otras respuestas que también fueron reiteradas, y pudieron ser ampliadas en los diversos estudios cualitativos, fueron las relativas a la salud, al trabajo y al DNI. Básicamente, las respuestas relacionadas a salud respondían más que nada a personas que eran contacto estrecho o positivas por Covid-19, sumado a personas recientemente operadas, por ejemplo. Si bien el tener que trabajar muestra la dificultad horaria para algunos electores, también es una razón recurrente de los comicios que esconde, en algunos casos, cierto desinterés o desencanto. Por último, encontramos una particularidad del contexto relativa a las demoras en la entrega o a la imposibilidad o temor de realizar el trámite para obtener el DNI por la pandemia que llevó a un porcentaje de la población a verse imposibilitada de participar de los comicios.
Otros factores que pudimos advertir en carne propia a lo largo y ancho de la provincia, pero particularmente en las ciudades grandes de la misma, que llevaron a los cordobeses a desistir de participar de la elección fueron las demoras de hasta 1 hora para poder sufragar en los colegios. Las colas interminables, junto al calor agobiante del domingo 12 de septiembre en horarios del mediodía, colaboraron para que muchos cordobeses retornaran a sus hogares y decidieran no emitir su voto. Es importante resaltar que muchos de quienes se volvieron a casa sin votar manifestaron que tampoco estaban seguros de a quién votar o ninguna de las opciones les resultaba convincente.
Ahora, ¿qué piensan hacer estos cordobeses que no participaron de las PASO de cara a las generales? Principalmente, ir a votar. Se espera un crecimiento sustantivo de la participación electoral en las elecciones de noviembre. A aquellos que no participan de las PASO porque no creen en ellas, pero sí en las definitivas, se les sumarán una gran proporción de desencantados que no se informaron y se arrepienten de no haber votado y personas que, movilizadas por los resultados, buscarán acompañar la fórmula ganadora o intentar revertir el resultado de las PASO con su voto.