POLÍTICA

José Gangi
Edición y Análisis de informes
La imagen positiva de la gestión nacional encabezada por Javier Milei creció 12 puntos porcentuales en noviembre después de marcar el piso de la serie en octubre, en torno a 37%.
Las mejoras se ven ratificadas al observar las cifras de aprobación. Mientras que en octubre el Gobierno alcanzó el piso de 41% de aprobación entre los argentinos, actualmente ese porcentaje escaló hasta el 51%, obteniendo un balance positivo después de varios meses de magros resultados.
¿Qué hay detrás de esta mejora?
Antes de intentar esbozar una respuesta a esta pregunta, debemos retrotraernos a las promesas de campaña de Javier Milei. ¿Cuál fue la principal promesa de campaña del vencedor de las elecciones presidenciales de 2023? Acabar con la inflación y destruir la casta.
Nosotros les venimos preguntando a los argentinos desde el inicio de su gestión si consideran que el presidente logrará reducir la inflación. En consonancia con el estancamiento de los niveles inflacionarios en torno al 4% desde junio, las expectativas generales respecto de las capacidades de la gestión libertaria de controlar la inflación venían arrojando balances negativos, con una expectativa positiva siempre inferior al 50%.
En noviembre este dato cambió. Y cambió de forma contundente. En consonancia con la caída de la inflación registrada por el Indec, mientras que el mes pasado un 47% afirmó que lograría reducir la inflación, en noviembre esa cifra escaló hasta el 56% (+9 pp).
Esta percepción posee una estrecha relación con la razón declarada por el 34% de los argentinos que lo calificaron positivamente en términos de imagen de gestión: “cumple”. Simple y concreto.
Por su parte, la inflación también se consolida en un lugar relativamente residual entre los principales problemas que los argentinos declararon que debían ser prioritarios para el presidente con el 7% de las menciones.
La otra cara de la moneda
Con todo, los problemas de raigambre económica del top 7 continúan teniendo una relevancia central. Si consideramos la “economía” (10%), la “falta de trabajo” (8%), la “pobreza y miseria” (8%) y la “inflación” (7%) en conjunto, estos problemas alcanzan el 33% de las menciones.
1 de cada 3 argentinos, al menos, considera que la faceta económica continúa siendo el principal problema del país a resolver por el Gobierno nacional.
Por otra parte, la consolidación de la corrupción como el principal problema a resolver de forma individual con el 20% de las menciones, es un signo de alarma, en tanto es una práctica íntimamente vinculada a la casta en el discurso oficial que parece agravarse entre la consideración de los argentinos y, a su vez, una oportunidad, en tanto la agenda popular le está marcando a la gestión libertaria una alternativa a la cual recurrir cuando el crédito por el control de la inflación merme o el mismo control de la inflación pueda fallar.
En síntesis
La efectividad frente al principal desafío percibido de la economía argentina está dando sus frutos. Es el descenso en la velocidad del incremento de los precios lo que el Gobierno se encuentra usufructuando, no tanto la lucha contra la casta, demanda en crecimiento.
No obstante, los costos del relativo control de la espiral inflacionaria y el devenir de la economía real, continúan presentes en la agenda. Desde la resistencia al Gobierno liberal o no, lo cierto es que se constituyen como grandes desafíos que la gestión deberá tratar de congeniar en tanto pretenda un devenir político sustentable.