La propensión por comprar en cuotas creció del 38 al 41% en el último año y medio entre los argentinos.
Pero lo hizo mayormente entre las mujeres, los adultos de entre 35 y 49 años, las personas con ingresos medios o bajos y quienes habitan en el Gran Buenos Aires o en el interior del país.
Así se desprende de una encuesta nacional entre consumidores (1016 entrevistas personales) realizada por TNS, una empresa especializada en información de mercados durante el pasado mes de marzo.
El estudio, que compara estos resultados con los obtenidos en una encuesta similar que TNS llevó adelante en septiembre de 2010, detecta que la inclinación por pagar en cuotas tiende a incrementarse a nivel general.
Sin embargo, se mantiene estable entre los porteños o, incluso, tiende a decrecer a la hora de abonar compras de artículos para el hogar, el rubro que los encuestados reconocen como el más financiado (29%).
En este caso, se retrajo del 24 al 18% entre quienes habitan en la ciudad de Buenos Aires en un año y medio. De esta manera, por alguna razón (sobre la que el estudio no indaga) los porteños parecen más inclinados a pagar sus consumos totalmente al momento de concretarlos.
«Los segmentos que se mostraron menos propensos a la compra en cuotas son los mayores de 65 años (72%), los integrantes de la clase alta (71%) y los porteños (70%) en general, entre quienes 7 de cada 10 indicaron no comprar en cuotas», indicó el informe divulgado ayer.
Según la evaluación de los analistas de TNS, «la compra de bienes por medio del pago en cuotas constituye una alternativa de financiamiento que se mantiene a nivel general entre los argentinos».
Sin embargo, en un análisis más detallado comprueban que al cabo del último año y medio ha crecido entre las mujeres (43% vs. 38% de los hombres), entre las personas de 25 a 49 años de edad (46%), en los sectores medios y bajos (43%y 40%, respectivamente, vs. el 29% de los de clase alta) y en el interior del país (44%) y el Gran Buenos Aires.
ELECTRODOMÉSTICOS Y ROPA
Los bienes y servicios que los argentinos más eligen financiar en cuotas siguen siendo los artículos del hogar.
«Como en 2010, estos artículos siguen a la cabeza: el 29% de los encuestados señaló estar pagando en cuotas actualmente algún producto de este tipo», apuntó el informe, que en 2010 había detectado que estaban en esa condición el 26 por ciento.
«Otro 13% manifestó estar pagando en cuotas por compras de indumentaria. En menor medida, se mencionaron automóviles (5%) y préstamos de vivienda (4%). Con guarismos inferiores al 3%, viajes y otros gastos», detallaron.
La financiación de la compra de ropa en cuotas es mayor entre las mujeres: un 14% de ellas admitieron recurrir a esta posibilidad para alimentar sus armarios, mientras que entre los hombres esa proporción «baja al 11 por ciento».
Las compras financiadas de automóviles, en tanto, son más mencionadas por los entrevistados de 50 a 64 años (9%), los universitarios (7% vs. 3% entre los entrevistados con educación primaria), en los niveles socioeconómicos medios (8% vs. 5% en los niveles altos y 3% en los bajos) y entre los entrevistados del interior del país (6%).
LA CUOTA, PUERTA DE ACCESO
La radiografía social de la encuesta muestra además un aumento de la tendencia a fraccionar los pagos de consumos de bienes o servicios en los sectores medios y bajos de la sociedad.
«Notamos que hay un crecimiento del 25% en 2010 al 31% en 2012 en las declaraciones del sector socioeconómico más bajo en cuanto a la compra de artículos del hogar en cuotas», explicó Delfina Rosell, encargada de marketing y comunicación de TNS. La referencia alude a los niveles socioeconómicos que en la jerga marketinera definen como «D» y «E» .
«En general, personas sin calificación, sean operarios, cuentapropistas, empleadas domésticas, jubilados o pensionados con educación primaria o inferior.
También se incluyen personas con trabajo inestable, cartoneros y personas que perciben planes sociales que, en general, tienen secundaria o primaria incompleta o bien no cuentan con estudios», explicaron ante una consulta de LA NACION.
El estudio no identificó las razones del crecimiento de este hábito en estos sectores bajos pero intuyen que fue posibilitado por un flujo de mayor dinero en estos niveles, «sea por asignaciones o paritarias, y la posibilidad de acceder a bienes durables a partir de este tipo de financiamiento».
Pero también agregan la incidencia que deben haber tenido las estrategias más agresivas de financiación a estos sectores, «que en los últimos años desarrollaron supermercados o distintas cadenas o redes comerciales que financian por fuera del circuito bancario tradicional, en muchos casos inaccesible para estos sectores»..
Fuente: La Nación
Santiago Gómez | Delfos