Por Norman Berra
En el post anterior citábamos datos de Udesa que ponían de manifiesto que las imágenes de los dirigentes del oficialismo venían ajustándose a la baja como corolario del ajuste en la situación de los electores. Así, dentro de las principales figuras de Cambiemos, ninguna cuenta con un diferencial positivo de imagen estadísticamente significativo. María Eugenia Vidal ya no encabeza la lista de los dirigentes con mejor calificación positiva: tiene un 47% de imagen favorable contra un 45% de negativa, con lo cual obtiene un diferencial positivo de apenas 2 puntos porcentuales. El líder del espacio, el presidente Mauricio Macri, sigue perdiendo imagen: apenas 38% de positiva y un diferencial negativo de 10 puntos porcentuales como resultante. Sufren el mismo efecto contagio o halo otros referentes de Cambiemos, como Elisa Carrió y Horacio Rodríguez Larreta. Por contrapartida, Ricardo Alfonsín, radical crítico de la Alianza Cambiemos, viene mejorando desde hace unos meses y alcanza en la medición de Udesa un 47% de valoraciones positivas con sólo un 31% de opiniones negativas, lo que lo ubica con un diferencial positivo de 16 puntos porcentuales. A su turno, Roberto Lavagna aparece con un 33% de imagen positiva y un 29% de imagen negativa, lo cual lo ubica con un magro diferencial positivo de 4 puntos porcentuales (estadísticamente no significativo).
Respecto a las distintas áreas de gestión, la evaluación de los electores también es magra. Obras públicas sigue siendo la política con la cual la población está más satisfecha (39%), seguida por el transporte y la modernización del Estado, pero ninguna política pública logra que la proporción de los satisfechos supere a la de los insatisfechos; la de peor performance es la satisfacción con el desempeño de la política económica, de sólo 10%. En cuanto a las preocupaciones de los electores, la lista la encabeza inseguridad (65%), seguida por la inflación (43%), mientras que el “issue” con mayor cobertura mediática (corrupción) se ubica en tercer lugar. Luego de la difusión de la existencia de aportantes “truchos” en la campaña de Cambiemos en la provincia de Buenos Aires y de los “cuadernos” que implican al gobierno de CFK, los datos muestran que entre quienes escucharon hablar del tema de los “falsos aportantes”, el 44% responde que la noticia hizo cambiar su opinión de la gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, mientras que el 53% dijo que la noticia de los cuadernos afectó la imagen que tenía del kirchnerismo. Sin embargo, como vimos, en el capítulo imagen, Vidal pierde puntos, mientras que CFK insinúa una suba de 4 puntos: pese al contexto mediático desfavorable, la crisis del oficialismo confirma su posicionamiento como principal alternativa opositora y neutraliza la afectación de imagen que los cuadernos podrían generarle.
Como marcan diversos analistas, esto confirma que “bolsillo” mata a “corrupción” en la agenda y que el ajuste en las economías domésticas hace que temas como la inflación, el dólar y el desempleo generen tendencias a mediano y largo plazo de mayor consistencia que las reacciones epidérmicas a vaivenes más coyunturales. En el marco de una situación de ajuste, se advierte incluso consistencia entre datos de mediciones en distritos clave y otras nacionales: según la encuesta realizada por la consultora Delfos en provincia de Córdoba en el mes de agosto, al 41% de los cordobeses no le alcanzan los ingresos de su grupo familiar; al 49% le alcanzan con lo justo sus ingresos para vivir y sólo un 9% responde que le alcanzan bien y puede ahorrar (ver datos arriba; click para agrandar). El dato coincide con lo que arroja a nivel nacional el estudio más reciente de CEOP: casi 9 de cada 10 argentinos afirman que cada vez les resulta más difícil llegar a fin de mes. A casi el 47% el dinero no le alcanza y el 41% llega con lo justo, motivo por el cual recorta su consumo; casi un 13% conserva capacidad de ahorro. «Es evidente que además de la recesión económica, que se expresa en indicadores objetivos (PBI, ventas, desocupación) en estos tiempos se detecta una recesión actitudinal, que inexorablemente complica el panorama”, apunta Roberto Bacman, director del CEOP (ver datos arriba; click para agrandar).
En la línea que ya vienen marcando varios estudios que citamos en este blog, la medición de CEOP confirma también el agotamiento del discurso de la “pesada herencia”: el 56% le asigna la responsabilidad de lo que pasa al gobierno de Mauricio Macri, contra 34,6% sigue considerando que la culpa de la crisis de hoy la tiene el kirchnerismo (ver datos arriba; click para agrandar). Otro dato que reafirma que la opinión pública pone al oficialismo como principal responsable es que casi dos tercios (64,2%) creen que la mejor forma de revertir la situación es cambiando el rumbo económico. Sólo un 24,5% cree en alternativas como reducir la cantidad de ministros (ver datos abajo; click para agrandar), un guarismo que está en el orden de magnitud del voto duro de Cambiemos: recordemos que Mauricio Macri obtuvo exactamente 24,5% de los votos en la PASO de agosto de 2015.
Fuente: Clima de Opinión