POLÍTICA

José Gangi
Edición y Análisis de informes
A pocos días de cumplir dos meses en el gobierno, Javier Milei se enfrenta a uno de sus principales desafíos: la aprobación de la Ley Ómnibus. En conjunto con el DNU, esta ley representa el núcleo de transformaciones de forma y fondo que, tal como plantea la denominación de la propia ley -Ley de bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos-, buscan reformar la esencia del sistema político, económico y social nacional.
Una reforma de tales dimensiones, no sólo implica una ardua negociación puertas adentro, especialmente cuando no se cuenta con mayorías propias en ninguna de las cámaras del Congreso, sino que también conlleva costos políticos que se pagan en la calle.
La historia demuestra que el mejor momento para afrontar estos costos es al comienzo de una gestión, cuando el margen de acción que posee un gobernante es mayor por el arrastre de legitimidad que le brinda la reciente victoria electoral. Esto parece ser una verdad consumada puertas adentro de la Rosada, habida cuenta de la celeridad, amplitud y profundidad de las medidas adoptadas.
Ahora, ¿ese arrastre continúa teniendo efectos sobre el acompañamiento popular al presidente? ¿Con qué nivel de intensidad? La misma pregunta nos podríamos realizar respecto de los detractores del Gobierno, ¿con qué intensidad se oponen a las reformas? Por último, también cabe la posibilidad de preguntarse ¿sobre qué condiciones económicas se establecen los diferentes posicionamientos? Las condiciones materiales son un factor trascendental a la hora de pensar en la gobernabilidad futura del gobierno.
Todas estas incógnitas nos impulsaron a hacerles una serie de preguntas que les presentaremos a continuación a 1.695 argentinos durante el mes de enero.
Tiempo
Lo primero que les preguntamos a los argentinos fue ¿cuál de las siguientes frases describe mejor su actitud respecto al presidente Javier Milei? Y les dimos como opciones “hay que tener fe, esperar, Milei recién empieza”, “Milei no puede resolver problemas que vienen de muchos años, necesita tiempo”, “las decisiones que tomó Milei me defraudaron, me desilusionó” y “nunca tuve expectativas en Milei”.
Frente a estas opciones, un 30% afirmó creer que “hay que tener fe, esperar, Milei recién empieza” y un 23% la respuesta “Milei no puede resolver problemas que vienen de muchos años, necesita tiempo”. Por otro lado, un 11% expresó que “las decisiones que tomó Milei me defraudaron, me desilusionó” y un 36% que “nunca tuve expectativas en Milei”.
Este primer panorama nos sintetiza dos posicionamientos. Uno con un peso mayoritario de 53% que apuesta a brindarle más tiempo al presidente y otro, 7 puntos porcentuales inferior, que se encuentra desilusionado o enfrentado desde un primer momento con el presidente. En términos individuales, la opción que primó fue la de “nunca tuve expectativas en Milei” con un porcentaje similar al obtenido por el candidato de Unión por la Patria (UxP) en la primera vuelta.
Polarización
La siguiente pregunta apuntó a determinar la imagen del presidente Javier Milei, consultándoles cuán “agradable” les parecía a los argentinos.
Dentro de los que afirmaron poseer una imagen positiva (49%), el 27% expresó que le agrada mucho y el 22% que le agrada algo. En la vereda de enfrente (46%), el 3% afirmó que le desagrada algo y un 43% que le desagrada mucho.
Condiciones económicas precarias
Tal como dijimos anteriormente, las condiciones materiales representan una variable importante a ser tenida en cuenta a la hora de analizar el humor y el margen de acompañamiento que puede tener un gobierno. Por eso les preguntamos cuán probable era que tuvieran problemas de afrontar sus gastos y compromisos relativos al mes en curso.
Las condiciones reveladas por los encuestados fueron alarmantes. Mientras que un 6% dijo que era nada probable que pudiera tener problemas de afrontarlos y un 17% dijo poco probable, un 29% dijo algo probable y un 46% expresó que era muy probable. Estas cifras colocan en una situación de vulnerabilidad al 75% de los argentinos.
Condiciones extremas, respuestas extremas
El siguiente paso que dimos, una vez consumadas las respuestas del cuestionario, fue cruzar las dos primeras preguntas por las condiciones económicas declaradas por el público.
El resultado del primer cruce, aquel que involucró a las frases y las condiciones económicas, fue que las frases más polarizadas hacia ambos extremos fueron las más acompañadas por aquellos que afirmaron encontrarse en una situación más crítica en términos económicos.
Por otro lado, en lo que respecta al cruce de la imagen con la situación económica, podemos ver como las condiciones económicas negativas de los que afirman que les desagrada mucho Milei priman más que en el resto de las respuestas. Esto podría en una primera instancia a afirmar que hay un mayor nivel de rechazo en términos de imagen a medida que la gente se encuentra en peores condiciones económicas.
Sin embargo, inmediatamente después, entre los que afirman que “le desagrada algo” el presidente, se rompe la suposición. Allí se observan opositores que afirmaron estar en condiciones económicas de mejor calidad que los que dicen sentir agrado por el presidente en diferentes medidas.
Reflexiones finales
A pesar de los cacerolazos, el paro y el duro golpe al bolsillo sufrido por los argentinos durante su gestión, Javier Milei aún goza de un sector mayoritario de la población que se encuentra dispuesto a respetarle un margen temporal de acción más amplio, ya sea porque cree en él o avizora dificultades que implican sacrificios mayúsculos como los promulgados por el gobierno y padecidos por la mayoría de la población.
Por otro lado, también posee un 11% de desilusionados en menos de dos meses de gestión que, junto al 35% que nunca le tuvo fe, conforman una masa de opositores de peso con la cual se deberá acostumbrar a convivir en conflicto o a negociar, doblegando su posicionamiento.
En términos de imagen, se observa una mayor fragilidad entre aquellos sobre los que despierta simpatía que entre sus detractores. El marcado nivel de rechazo a su persona superior al 40% lo aleja del mínimo saludable de imagen positiva que los expertos recomiendan para que una gestión gobierne y perdure.
Por último, las condiciones materiales no parecen ser aún un determinante lo suficientemente fuerte como para modificar el escenario de apoyos surgido de las elecciones. Cierto es también que la aceleración de la inflación, fruto de aumentos exponenciales en servicios y bienes básicos parte de la inflación núcleo, en un marco de salarios magros y en caída libre, conforma un escenario muy volátil.
En resumidas cuentas, todo parece indicar que el presidente no ha dilapidado a un nivel crítico su caudal de apoyo popular, pero deberá comenzar a mostrar resultados y no solamente para sus adeptos. Mantener una gestión en el tiempo con una oposición de alta intensidad, con un universo mayoritario de gente en un estado económico crítico que tarde o temprano la volverá más proclive a volverse oposición que parte del oficialismo, será un desafío tanto en términos de gobierno como electorales.