ECONOMÍA POLÍTICA
José Gangi
Edición y Análisis de informes
En la última década, algunos rubros o desarrollos económicos particulares fueron apuntados por políticos, analistas y empresarios como respuestas a la histórica incapacidad de superar el cuello de botella de dólares para desarrollarnos, llamado formalmente restricción externa. Entre los principales ejemplos encontramos al litio, Vaca Muerta, la minería y la explotación petrolera mar adentro (off shore).
Más allá de las coincidencias entre algunos sectores en torno al rol que podrían cumplir en la economía nacional, decidimos preguntarles a los argentinos si algunos de los desarrollos debían ser privatizados o estatizados y si otros debían profundizar su explotación o no, teniendo en cuenta las consecuencias medioambientales que estos pueden acarrear.
Las joyas de la abuela, ¿en manos públicas o privadas?
Argentina posee la segunda reserva más grande de litio a nivel mundial (20 millones de toneladas), uno de los minerales más demandados en estos tiempos, clave para la fabricación de baterías.
Frente a los constantes anuncios de inversiones extranjeras para extraer el mineral y la nacionalización impulsada por los vecinos Chile y Brasil, les preguntamos a los argentinos si estaban de acuerdo con una posible estatización del mineral. Ante la pregunta, un 41% de los electores afirmó estar de acuerdo con una posible estatización de las existencias del material, mientras que un tercio opinó lo contrario.
En lo relativo a Vaca Muerta, segunda reserva mundial de gas no convencional y la cuarta de petróleo no convencional del mundo, preguntamos si estaban de acuerdo con una posible privatización de la reserva, teniendo en cuenta que YPF es la principal productora de ambos recursos y que los extraídos le han reportado cuantiosas ganancias y un importante alivio fiscal al Estado.
Un 49% de los argentinos se posicionó en contra de una posible privatización, en tanto que un 30% dijo estar de acuerdo con esa posibilidad.
Extractivismo, ¿sí o no?
La minería en Argentina es una actividad desarrollada principalmente en las provincias cordilleranas. Estos distritos, a su vez, son los beneficiarios por excelencia de las explotaciones, debido a que toda regalía que se cobra por la extracción de los minerales queda en poder de esas unidades subnacionales.
Esta regulación también corre para las explotaciones petroleras, que poseen otro frente prometedor en la exploración off shore en las costas de Mar del Plata. Esas exploraciones fueron tema de debate a principios de año, cuando el Gobierno obtuvo una resolución jurídica favorable e YPF junto a Equinor dieron inicio a los trabajos de reconocimiento de existencias que, según estudios previos, podrían aportar 100.000 millones de dólares de ganancia.
Ante la profundización del desarrollo de esas dos actividades, los argentinos se mostraron de acuerdo con las acciones realizadas en esa línea en una proporción similar: el 57% está de acuerdo con el impulso a la explotación minera y un 58% con la explotación petrolera mar adentro (off shore).
¿Entre quiénes se hacen fuertes esas iniciativas?
Si observamos estos puntos de debate por nivel de estudios, podemos ver un posicionamiento mucho más conservador en casi todas las temáticas por parte de los argentinos que poseen un nivel de estudios bajos.
Si cruzamos el dato general por nivel de nacionalismo, en términos generales podemos ver un nivel de acuerdo bastante similar frente a las temáticas. La brecha se torna más significativa al hablar de la estatización del litio y la privatización de Vaca Muerta: el 48% de los argentinos muy nacionalistas (en una escala del 1 al 10, donde 1 es nada nacionalista y 10 es totalmente nacionalista, se ubicaron del 8 al 10) se mostró de acuerdo con estatizar el litio, frente a un 38% de los algo nacionalistas (de 5 a 7 en la escala) y a un 41% de los nada nacionalistas (de 1 a 4).
En lo relativo a privatizar Vaca Muerta, se mostraron de acuerdo un 45% de los nada nacionalistas, el 40% de los algo nacionalistas y sólo el 28% de los muy nacionalistas, llevando la brecha entre los polos del nacionalismo a 17 puntos porcentuales.
Filtrando por intención de voto, sale el jugo de la naranja
En términos político-partidarios, se observan las divergencias de posicionamientos más interesantes y contundentes.
Comencemos por la estatización del litio: mientras que los votantes del Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT) y el Frente de Todos (FDT) se encuentran con un nivel de acuerdo de 84% y 77%, respectivamente, los votantes de Juntos por el Cambio (JXC) y de La Libertad Avanza (LLA) se muestran en las antípodas, con un nivel de acuerdo de 26% y 29%, respectivamente. Al medio encontramos a los posibles votantes de algún representante del peronismo no K, con un nivel de acuerdo del 44%.
En lo relativo a la privatización de Vaca Muerta, en consonancia con los postulados ideológicos de los votantes de esos espacios el nivel de acuerdo se invierte: ahora son los partidos de derecha los que más acuerdan (JXC con un 41% y LLA con el 54%). En el lado opuesto encontramos a las expresiones peronistas, con un nivel de acuerdo dentro del FDT del 10% y de los votantes del espacio PNK del 3%. La sorpresa la dan los votantes de izquierda, quienes presentan un nivel de acuerdo con la privatización del 21%.
La profundización de la explotación minera y la explotación petrolera mar adentro presentan niveles de acuerdo similares entre los votantes del FDT y los de JXC (entre 61-63%). Un poco más arriba aparecen los votantes de LLA, con niveles de acuerdo del 68% con la explotación minera y del 75% con la explotación off shore. Los que menos acuerdan con esas propuestas son los votantes del FIT (37% de acuerdo con la explotación minera y de 47% con la explotación off shore) y los del PNK, con un nivel de acuerdo de 39% frente a ambas actividades.
Reflexiones finales
La necesidad de generar una economía pujante y desarrollada se impone entre los argentinos sobre los efectos nocivos al medioambiente y las comunidades en torno a las actividades mineras y petroleras.
En ese marco, la administración y explotación de recursos que realiza el Estado no es mal vista por los compatriotas, que la prefieren por sobre la privada. Sin embargo, vale tener en cuenta que esa opinión no es homogénea entre toda la ciudadanía. No es tanto el nivel de nacionalismo lo que marca las diferencias más contundentes, sino la identificación partidaria: mientras que aquellos que piensan votar al Frente de Todos son los que más ponderan el rol del Estado, los que se inclinan por Juntos por el Cambio y La Libertad Avanza son los que menos lo hacen.
Los resultados de este relevamiento de posicionamientos sobre temas de debate tan sensibles se constituyen en un aporte más entre aquellos que echan por la borda los postulados que afirman el fin de las ideologías.