POLÍTICA
Norman Berra
Líder de proyectos
En nuestra columna anterior hicimos el ensayo de armar un mapa continuo de la política argentina con el promedio de tres encuestas nacionales recientes, ubicando a la izquierda en un extremo del espectro ideológico, el peronismo, el peronismo K, el kirchnerismo y los radicales K cerca de la centroizquierda, los independientes y peronistas no K en el centro, liberales, UCR y PRO en la centroderecha, y luego la derecha, apolíticos y ns/nc. El resultado: casi 24% de electores para el polo izquierda/centroizquierda/peronismo K/radicales K, por un lado; 22,3% para el polo de radicales, PRO, derecha y libertarios, por otro. Eso implica un empate técnico entre los dos polos, lo que electoralmente se resuelve según cuál de ellos capte más votos del centro (que roza el 38%) y del 16% de apolíticos y ns/nc. El resultado electoral del 2019, cuando el Frente de Todos (FdT) sumó 48,24% de los votos y Juntos por el Cambio (JxC) 40,28%, mostró que la coalición ganadora mínima la construyó el actual oficialismo. En este marco, de cara a la elección de medio término de 2021, resulta oportuno repasar el estado de la opinión pública sobre algunos de los grandes temas de debate nacional a partir de encuestas recientes, a efectos de identificar cómo se distribuyen los consensos en torno a ellos. Según el CELAG, 48% cree que los planes sociales son imprescindibles para que los pobres tengan una vida digna, mientras que 43% piensa que los planes sociales fomentan la vagancia (gráfico arriba); ambos guarismos están en el orden de magnitud del voto al FdT y a JxC (respectivamente) y ninguna de las dos posiciones antagónicas llega a superar el 50%+1 de las opiniones, si bien la primera está más cerca de ese umbral y logra una ventaja de 5 puntos porcentuales. En cambio, casi 2 de cada 3 electores acuerdan con que el Estado otorgue un sueldo básico que permita cubrir la canasta básica y apenas un tercio se muestra en contra, con lo que se puede concluir que en este caso sí hay un consenso dominante, con una brecha de 32 puntos porcentuales del primero sobre el segundo. En cuanto al rol estatal como garante de derechos y oportunidades el consenso alcanza el 53%, mientras que 44% se inclina por el esfuerzo personal, lo que muestra una clara contraposición entre un ideario más favorable a la redistribución y otro más ligado a la idea de meritocracia; en este caso, el primero se impone por 9 puntos porcentuales.
Es interesante profundizar en este punto: un reciente estudio de la consultora pxq muestra claras diferencias en el encuadre ideológico de la pobreza entre el polo de votantes del FdT y el de JxC. Entre los primeros, 7 de cada 10 asocian la pobreza a la desigualdad de oportunidades y apenas 14% a la falta de esfuerzo, mientras que entre los segundos 5,5 de cada 10 la atribuyen a la falta de esfuerzo y casi 4 a la desigualdad de oportunidades (gráfico arriba). Además, entre los primeros es consistente su encuadre de la pobreza y su retrato/imaginario sobre el país: en ambos casos, alrededor del 70% cree que el problema es la desigualdad. En cambio, entre los cambiemitas apenas el 28% se representa a la Argentina como un país desigual (gráfico abajo).
Esas diferencias nos llevan al plano de los imaginarios sobre el progreso personal: mientras los electores del FdT lo asocian a la política económica del gobierno en primer término (38%) y a las oportunidades del contexto social en segundo (31%), entre los de JxC hay un empate entre la política económica del gobierno y el esfuerzo/talento personal (26%; gráfico abajo). De nuevo, se advierte cómo subyace el ideal meritocrático individual entre los cambiemitas, mientras que entre los oficialistas predominan los elementos del colectivo y la comunidad.
Respecto al peso de cada ideario sobre el total de electores, según CELAG el 63% está a favor de que el Estado promueva la industria nacional y el consumo interno, vs 27% que se inclina por una postura más afín al librecambio; así, hay un consenso mayoritario por la primera posición. Con matices, se advierte un consenso similar a favor de la fijación de salarios por negociación paritaria por encima de la posición que prefiere la descentralización por empresa (59% a 33%; gráfico abajo). Así, aunque la elección de medio término tiende a presentar un voto más fragmentario que una ejecutiva, en conjunto los datos sugieren que el oficialismo hoy tiene mayor sintonía con el consenso social sobre estos temas de debate.