ECONOMÍA
Luis Dall'Aglio
Director
Poco tiempo después de que el Gobierno nacional comenzara el largo pasaje de medidas restrictivas para combatir el covid-19 que continúan hasta nuestros días, los medios comenzaron a instalar una disyuntiva en el imaginario colectivo de la población: salud vs. economía.
Esta tensión fue cobrando mayor asidero a medida que pasaba el tiempo y los afectados acumulaban meses encerrados o imposibilitados de desarrollar sus actividades con normalidad.
Hoy, con una realidad que se asemeja cada vez más a una “normalidad” pre pandemia, nos preguntamos por los efectos estructurales de la pandemia y las consecuentes medidas en el nivel socio económico de los cordobeses.
Antes que nada, vale aclarar que cuando hacemos referencia a Nivel Socioeconómico hacemos referencia a un indicador construido, no natural.
Este índice considera, principalmente, la inserción en el sistema productivo del principal sostén del hogar (PSH), tomando en consideración variables como relación ingresos-miembros, condición laboral, modalidad o situación de la inserción laboral, jerarquía y calificación ocupacional, calificación completa o subocupación y cantidad de personas a cargo.
En un segundo plano, también pondera el nivel de educación formal alcanzado y la posesión de cobertura médica.
En términos estructurales, comparando datos correspondientes a febrero de 2020 con datos de agosto de 2021, el NSE de los cordobeses no ha sufrido mutaciones significativas.
Si afinamos un poco más la observación, podemos advertir una pequeña disminución de los sectores medios en favor de los extremos. Es decir, existe un corrimiento hacia los sectores altos y bajos.
Esto confirma que el deterioro económico aún no modificó las condiciones sociales. Es decir, existe un sector que, sin ser pobre, se empobreció en pandemia por la caída de ingresos y volumen de trabajo o la pérdida del puesto laboral.
En síntesis, la pandemia parece haber afectado particularmente las futuras capacidades de consumo. En lo que respecta a posibilidades de ahorro, hace tiempo que los ciudadanos en condiciones de ahorrar no superan el nueve por ciento de la población.