SOCIEDAD

José Gangi

José Gangi

Edición, Análisis y Comunicación Institucional

Ayer se conoció un dato esperanzador: la campaña de vacunación en Córdoba ha alcanzado con al menos una dosis a más del 50% de la población mayor de 18 años. Esta cifra nos acerca al umbral del 70%, punto establecido por especialistas como base para darse el lujo de pensar otro mañana.

Sin embargo, la inmunización de Córdoba no alcanza por sí misma. Es necesario que el resto del país, como mínimo, y del mundo sean inmunizados para superar esta pandemia. Por eso, pensando en el objetivo de base -una inmunización a nivel nacional-, le preguntamos a los cordobeses si creen que nuestro país logrará vacunar a la totalidad de la población y, en caso de que eso sea factible, cuándo creen que sería posible alcanzar ese logro.

Dentro de las múltiples respuestas, sólo un 8% se animó a aseverar que ese momento llegaría antes de septiembre y un 24% antes de diciembre de este año. En resumen, sólo un 32% de los cordobeses cree que este objetivo es una meta plausible de alcanzar en 2021.

Entre aquellos que alejan el horizonte de posibilidades al próximo año, un 16% afirma que se vacunará a toda la población mayor de 18 años antes de marzo de 2022, un 12% a mitad de 2022 y otro 12% a finales de ese año.

Un último grupo conformado por el 19% de los cordobeses afirma que, pese a los logros ya alcanzados por la campaña de vacunación, Argentina nunca llegará a vacunar a toda su población.

Más allá de las probabilidades fácticas de vacunar a la totalidad de la población argentina, lo cierto es que a este dato hay que matizarlo con la propensión de la población a vacunarse.

Si tomamos en cuenta que el 74% de los cordobeses que aún no han sido vacunados desea hacerlo y que el grupo que se resiste tiene un peso cercano al 11%, y a esto lo extrapolamos sobre el 50% de la población que los no vacunados representan, podríamos suponer que alrededor de un 90% de la población podría ser vacunada.

Esta cifra, muy superior al 70% que se establece como base y a la frontera con la que se han topado muchos países más avanzados en sus campañas de inmunización, resulta verdaderamente esperanzadora para, nuevamente, pensar en otro mañana.

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