La compra de billetes de moneda extranjera en casas de cambio y bancos durante el tercer trimestre del año se redujo al 1% en un año debido a la imposición del cepo cambiario. Entre julio y septiembre, los argentinos sólo pudieron comprar u$s 86 millones, contra u$s 9.266 millones que habían adquirido justo antes de la imposición de límites a la compra de divisas para atesoramiento.
La caída, comunicada días atrás por el Banco Central en su informe trimestral sobre el Mercado único y Libre de Cambios (MULC), muestra en todo su esplendor el cierre casi total de las operaciones cambiarias en el país.
El parate no sólo afectó a los privados, que se vieron imposibilitados de acceder a divisas, sino también al que supuestamente debería ser el principal beneficiario de las medidas de administración cambiaria, el Banco Central y su política de acumulación de reservas. Las trabas, junto con la caída interanual en la liquidación de exportaciones producto de la sequía que afectó al agro en 2011 redujeron, además, las ventas de billetes, que cayeron un 91% entre el tercer trimestre del año pasado y el mismo período de 2012.
Así, en el actual contexto no sólo no compra el sector privado sino tampoco lo hace el Banco Central, graficó un informe de la consultora ACM que analiza el saldo cambiario de la Argentina durante el tercer trimestre del año.
La vigencia del cepo permitió que el MULC acumule un superávit de u$s 7.600 millones en los primeros 9 meses de 2012. Esto supone un salto importante respecto del magro excedente de u$s 1.000 millones que acumulaba a mismo mes del año pasado. Pero el efecto positivo del cierre cambiario se redujo ostensiblemente en el tercer trimestre, un período estacionalmente pobre en cuando a liquidación de divisas por parte de exportadores, los únicos obligados a deshacerse de sus dólares.
Del excedente de u$s 7.600 millones, sólo u$s 30 millones se explican por la compra y venta de divisas hechas entre julio y septiembre. El resto del superávit surge de la salida de la cosecha, durante la primera mitad del año.
La reducción del volumen operado en el MULC no ayudó para nada a la titular del BCRA, Mercedes Marcó del Pont, a mantener su política de acumulación de reservas en una parte del año con fuertes vencimientos de deuda. En el trimestre en cuestión, las reservas cayeron u$s 1.337 millones, en gran medida debido al uso de unos u$s 2.000 millones para el pago del Boden 2012 en agosto.
Sin embargo, la sangría se vió moderada gracias a que los activos que componen las reservas metales y divisas subieron de valor frente al dólar en el período. Esa variación camufló que el resultado del mercado de cambios fue deficitario en u$s 1.727 millones, es decir, fue el peor tercer trimestre desde la devaluación de 2002. Sólo es superado por el tercer trimestre de 2011, el período en el que la fuga de capitales récord disparó la decisión de imponer el cepo.
De los u$s 8.214 millones que compró el Central en el mercado cambiario a lo largo del año, sólo u$s 574 millones surgieron en el tercer trimestre.
El flojo desempeño de la política de acumulación prudencial de reservas del BCRA durante el tercer trimestre tuvo en el pago de deuda y la caída de exportaciones sus principales causas. Pero también ayudaron los consumos de turistas en el exterior. El déficit relacionado a turismo alcanzó los u$s 1.700 millones en el tercer trimestre, más del triple de lo que había registrado en el mismo período del año pasado.
Fuente: Cronista Comercial