Desde sus inicios los gremios tienen como génesis fundamental la defensa de los derechos de los trabajadores, funcionando como mediadores entre el empleador y los originalmente llamados obreros.
A lo largo de la historia la inclusión gremial sufrió altibajos en relación a los procesos políticos y sociales acontecidos.
Hoy los afiliados a las organizaciones gremiales han disminuido sustancialmente producto de la degradación de ciertas instituciones y al fuerte crecimiento de la actividad laboral privada. Para muchas empresas la sindicalización es un factor de presión a su acción, que exige condiciones de salario y derechos que deben ser ejercidos con obligatoriedad.
Como contrapartida, el mecanismo de protesta gremial suele generar fastidios en los vecinos ya que las ciudades se convierten en un caos. Generalmente las protestas son llevadas a cabo en zonas de alta concentración urbana obstaculizando las avenidas más transitadas paralizando los servicios básicos.
A partir de un estudio realizado por Delfos sobre la actitud que tienen los vecinos frente a las protestas gremiales, se concluyó que el 66% de la sociedad son reacios a dichas protestas. Un 28% se mantiene permeable aceptándolas como costumbre y un 6% está a favor ya que la reconoce como un derecho del ciudadano.
Son las mujeres adultas de clase media quienes se mantienen al margen de dicha actividad, siendo la antítesis hombres y mujeres de clase baja.
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Fuente
– Relevamiento realizado por al Consultora Delfos.
Rodrigo Mondaca Luraschi